... y encontrada :)
¿Qué ha estado ocupando mi tiempo estas últimas semanas? Pues la verdad que de todo un poco, no he parado ni un segundo entre el trabajo, las clases de chino, las de salsa, las cenas, los viajes... La verdad es que estoy disfrutando todo lo que puedo del tiempo que paso en Londres, pasan los días sin enterarme y se van acumulando cosas en la lista de "cosas que hacer urgentemente", entre las que está actualizar el blog :)
Hace dos fines de semana nos dimos una vueltilla por
Dublín y comprobamos de primera mano que es cierto que la
Guinness, en su país de origen, tiene un sabor diferente y único que sólo se puede degustar allí.
En la foto de encima aparecemos todos los expedicionarios (de izquierda a derecha): David, Jorge, Yoli, Jose,
Albert y la cabeza que aparece por ahí que creo que corresponde a la mía. Muchos besos desde aquí a todos, porque el fin de semana fue inmejorable y ¡fue gracias a ellos!
Como se podrán imaginar, el fin de semana fue una fiesta continua... eso a pesar del mal tiempo que nos acompañó durante 48 horas, donde no sólo tuve la oportunidad de estrenar mi paraguas (naranja, me encanta :)) sino que me pasé dos días abriéndolo y cerrándolo en intervalos de 10 minutos. El caso es que al final el paraguas no servía para nada y terminamos empapados de arriba a abajo... Lo mejor fue el comentario de un irlandés en camiseta por la calle cuando nosotros estábamos en la puerta del hostal decididos a salir de fiesta y empezó a diluviar. Va y nos dice: "
Welcome to Ireland!!! Don't you love this fucking great weather?". Yo me partía de risa, ¡me hizo mucha gracia la manera en cómo lo dijo!
Entre Guinness y Guinness tuvimos tiempo de visitar la ciudad. Más que visitar, tuvimos tiempo de aburrirnos de ella, porque después de pasar tres veces por la misma calle a diario empiezas a darte cuenta que en verdad la ciudad es pequeñita (acogedora que llamarían algunos por quedar bien, jejeje).
Paseando bajo la lluvia llegamos a la catedral de San Patricio para saludar al santo y prometerle que algún día volveremos a celebrar la fiesta que lleva su nombre. Como comentario adicional diré que me resulta más fácil tomarme un café irlandés en Tenerife que encontrar un sitio donde lo sirvan en Dublín, curiosa que es la vida...
